Nos robaron la dignidad . Siri Hustvedt contó cómo fueron las últimas horas de Paul Auster, disgustada porque se filtró la noticia de su muerte
“Fui ingenua, pero había imaginado que sería yo quien anunciaría la muerte de mi marido, Paul Auster”. Así comienza el posteo que la novelista Siri Hustvedt escribió hoy, disgustada y conmovida tras el fallecimiento ayer, a los 77 años, del autor de Trilogía de Nueva York, por un cáncer de pulmón. “Murió en su casa, en una habitación que amaba, la biblioteca, una habitación con libros en cada pared, desde el suelo hasta el techo, pero también con ventanas altas que dejaban entrar la luz. Murió con nosotros, su familia, a su alrededor el 30 de abril de 2024 a las 6:58 PM. Algún tiempo después, descubrí que incluso antes de que sacaran su cuerpo de nuestra casa, la noticia de su muerte ya circulaba en los medios y se habían publicado obituarios. Ni a mí, ni a nuestra hija Sophie, ni a nuestro yerno Spencer, ni a mis hermanas, a quienes Paul amaba como a sus propias hermanas y presenciaron su muerte, tuvimos tiempo para asimilar nuestra dolorosa pérdida. Ninguno de nosotros pudo llamar o enviar correos electrónicos a nuestras personas queridas antes de que comenzaran los gritos en línea. Nos robaron esa dignidad. No conozco la historia completa de cómo sucedió esto, pero sé esto: está mal”.